Casas pasivas

Los 5 principios fundamentales de Passivhaus

Carpinterías de altas prestaciones en ventanas y puertas

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Esta protección sirve tanto en situación de verano como de invierno. Los aislantes son materiales que conducen muy mal el calor, por ello son tan necesarios en los muros de fachada, las cubiertas en contacto con el aire o los forjados (suelos) que entran en contacto con el exterior: ya sea contra el terreno o el aire.  Una casa pasiva cuenta con altos espesores de aislamiento que variarán en función del tipo de edificio y clima en el que nos encontremos, aunque en general llegarán a duplicar los niveles de aislamiento de una construcción convencional actual.

Los espesores de referencia utilizados en una vivienda pasiva de PACASA para un clima del centro peninsular son de: 16-20 cm en muros, 18-20 cm en cubiertas y 18-25 cm en suelos. Este espesor de aislamiento se amplía o se reduce en función del clima en el que nos encontremos y de las necesidades de cada proyecto para optimizar los criterios técnicos de una casa pasiva.

Nivel alto de aislamiento térmico de los elementos constructivos de la envolvente térmica

Las ventanas y puertas exteriores son los puntos más débiles de la “piel” exterior de un edificio y el lugar por donde se pueden producir pérdidas o ganancias indeseadas de calor y frío. Por este motivo en la construcción de nuestras casas pasivas utilizamos ventanas de altísimas prestaciones que llegan a triplicar la capacidad aislante de una ventana convencional.  Se utilizan soluciones de marco y vidrio que aseguren muy bajas transmitancias gracias a la rotura del puente térmico y el relleno con materiales aislantes y también se estudia el intercalario de la ventana, pieza clave que conecta marco y vidrio, para evitar al máximo pérdidas de energía.

Las calidades de referencia utilizadas para una de nuestras construcciones pasivas en clima centro peninsular son de:

  • Marco-hoja pasiva de 84-92 mm, con transmitancia térmica U=0,9 W/m2K.
  • Vidrios triples con composición 4+4/16/4/16/4+4, rellenos de gases inertes y doble lámina bajo emisiva. Transmitancia térmica U=0,6 W/m2K.
  • Intercalarios (distanciadores de vidrios) de borde caliente.
  • Altos niveles de estanqueidad necesarios para evitar infiltraciones con cajones de persianas de altas prestaciones termo-acústicas y motorizados con soluciones domóticas para garantizar la estanqueidad.

Ventilación mecánica controlada: el sistema de ventilación con recuperador de energía.

Ventilación mecánica

Una casa pasiva dispone de un sistema de ventilación mecánica con recuperador de energía que garantiza además de una excelente calidad de aire, un ambiente sano y saludable y grandes ahorros de energía.

El funcionamiento del sistema es sencillo: se basa en una instalación de doble circuito que impulsa aire limpio en las estancias secas (salón, dormitorios…) y lo extrae de las zonas húmedas (cocina, baños…). Este aire en continua renovación pasa a través del recuperador de energía, lo que permite transferir la temperatura del interior de nuestra vivienda (en condiciones de confort) a la temperatura del aire que estamos introduciendo desde el exterior. Esta situación la realizamos tanto en período de invierno como de verano, y en este último caso podemos recurrir a diferentes estrategias utilizando el refrescamiento pasivo (freecooling del equipo).

Con este sistema y un pequeño aporte de energía podemos plantearnos la sustitución de los sistemas tradicionales de calefacción y refrigeración. En nuestras construcciones, dependiendo del proyecto y del clima en el que nos encontremos, recurrimos a diferentes soluciones para garantizar el confort térmico interior de la vivienda:

  • La instalación de una batería en el circuito de aire de entrada; 
  • La instalación de un pozo canadiense previo al equipo de ventilación; o
  • Se pueden plantear otros sistemas complementarios a demanda del cliente, siendo el más recomendable por nuestra parte la instalación de un equipo de aerotermia para la producción de calor, frío y agua caliente sanitaria.

En la construcción de nuestras casas pasivas recurrimos siempre a equipos de ventilación certificados por el Passive House Institute, lo que nos garantiza altas prestaciones en términos de ruido, eficiencia del recuperador y consumo eléctrico del equipo.

Control de la estanqueidad al aire, logrando un edificio hermético frente al exterior

En las construcciones convencionales existen grietas, juntas mal selladas y orificios que provocan infiltraciones incontroladas de aire que se trasladan en un terrible gasto adicional en calefacción y un gran disconfort interior.

En una casa pasiva es necesario planificar una capa denominada “capa de hermeticidad”, que aporte al edificio una gran estanqueidad al aire, sellando todos los orificios, grietas y encuentros entre materiales.

Lograr un edificio estanco garantiza la eficiencia del equipo de ventilación mecánica y que dispongamos de un aire perfectamente controlado y limpio a través del sistema de ventilación. 

Para garantizar la calidad de esta capa estanca al aire es necesario medirla mediante un test denominado “blowerdoor” (puerta soplante) que mide el nivel de infiltración a diferentes presiones garantizando que no existirán infiltraciones de aire indeseadas.

En nuestras construcciones de casa pasiva realizamos mínimo dos testeos por vivienda, para asegurar la calidad de la estanqueidad de la vivienda. Para ello es necesario recurrir a una entidad certificadora independiente y realizar el test o ensayo n50 (50 Pascales de presión) conforme a la norma EN 13829.

Estudio y control exhaustivo de la ejecución para minimizar puentes térmicos

Puentes térmicos

Los puentes térmicos de un edificio son aquellos puntos donde se producen grandes pérdidas o ganancias de energía y tienen diversas causas:

  • Una discontinuidad de la capa de aislamiento;
  • Un cambio de geometría; o
  • Un encuentro entre diferentes materiales o elementos constructivos.

Además de ser “canales de escape del flujo de calor” son puntos frágiles para la aparición de patologías constructivas, como la humedad de condensación y la aparición de moho en las superficies de los cerramientos que contactan con el exterior.

Durante la fase de desarrollo de proyecto de una construcción pasiva Passivhaus es necesario estudiar todos estos encuentros para eliminarlos o minimizar su existencia. Se diseñan pormenorizadamente los detalles constructivos y se realizan cálculos energéticos de cada puente térmico a tratar, garantizando la continuidad del aislamiento térmico para evitar grandes pérdidas de energía. También se analizan las posibles situaciones de condensación debida a los cambios de temperatura exterior-interior, ya que pueden dar lugar a problemas graves.  Ambas patologías son muy habituales en construcciones convencionales, donde en “situación de invierno” la temperatura superficial interior en la zona del puente térmico puede provocar condensaciones superficiales en caso de ser inferior al punto de rocío (temperatura a la cual el vapor de agua presente en el aire se vuelve líquido).  Ello puede conllevar a la aparición de hongos con consecuencias directas sobre la salubridad y la higiene. La detección de estas situaciones es sencilla, mediante el uso de una cámara termográfica.

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Contacta con nosotros, en PACASA somos pioneros aplicando este interesante concepto de construcción y disponemos de un Showroom-vivienda visitable para experimentar y conocer de primera mano todas las ventajas de una construcción pasiva.